Una de las modalidades que vienen ganando terreno en el plano de las relaciones internacionales de las entidades subnacionales es la apertura de oficinas de representación en el exterior.
Los Estados nacionales son generalmente reacios a generar espacios para que las unidades subnacionales se proyecten hacia la escena internacional, y de hecho no toman amablemente dichos esfuerzos. La cuestión de los gobiernos subnacionales como actores internacionales es muy sensible para los estados porque involucra otro desafío a su soberanía –bastante erosionada por cierto- y es visto en general como un escollo para la articulación de una política exterior coherente.
Uno de los rasgos distintivos de las entidades subnacionales como actores internacionales es su escasa legitimidad externa y, en la mayoría de los casos, la ausencia de una completa capacidad formal y legal de actuar más allá de las fronteras nacionales...La acción exterior de las provincias y las regiones debe, por lo tanto, insertar sus propias actividades dentro de un mundo dominado por gobiernos nacionales y organismos transnacionales, a los que pocas veces pueden desafiar, sino que deben trabajar junto con ellos. Este tipo de actividad internacional, que se desarrolla dentro de los intersticios del sistema tradicional de relaciones internacionales, es siempre de alcance parcial y mantiene diferencias de objetivos, metas y modus operandi, respecto de la diplomacia tradicional, que llevan adelante los estados nacionales.
Al margen de esta cuestión, importa, destacar que cada vez mas la doctrina contemporánea en derecho internacional hace la distinción entre soberanía y personalidad jurídica internacional, un concepto tan nuevo como relativo, que reconoce la posibilidad de considerar según el grado de personalidad internacional de la entidad referida, un derecho de legación y el derecho de comprometerse internacionalmente.
Definitivamente en estos casos jamás se habla de embajador sino de delegado o representante. El delegado representa a la provincia en todos aquellos sectores de la actividad que son de la competencia que le otorga la constitución Principalmente comercio, inversiones, intercambio cultural y educativo, turismo, entre otros.
Al nombrar al delegado para representar a la provincia el gobierno le confiere al mismo el mandato de representar al estado provincial en el plano institucional. Esto significa que la persona nombrada puede pronunciarse en nombre del Gobierno Provincial en una conferencia, una reunión internacional o una misión en el extranjero, de acuerdo a un mandato expreso otorgado por la autoridad competente.
Es el gobierno provincial quien delega ese mandato expreso, invariablemente a través de un decreto firmado por la más alta autoridad. Dicho decreto deberá contener invariablemente, el nombre del titular, su nominación como delegado, el o los territorios sobre el cual ejerce dicho mandato y el lugar donde se encuentra la delegación desde la cual desarrollará sus actividades.
Para concretar este tramite habrá que recurrir al Ministerio de Relaciones Exteriores, que será el organismo que debería dirigirse al Gobierno del Estado acreditante con el fin de obtener la aprobación y las facilidades necesarias para el desarrollo de la actividad de representación del estado provincial.
Las entidades subnacionales de los países centrales fueron las pioneras de este tipo de modalidad. Entre los europeos, por ejemplo, existen actualmente más de 200‘embajadas’ regionales en Bruselas que ejercen presión sobre la Comisión Europea, constituyendo redes entre sí y, en general, implicándose en las emergentes comunidades políticas europeas.
En los Estados Unidos, tan solo cuatro estados mantenían oficinas fuera del país en 1970. Hoy son al menos 42 los estados -más Puerto Rico- que operan unas 183 oficinas de comercio o inversión en el exterior (18 de ellas en Japón), en casi 30 países diferentes.
En la Argentina son pocas las provincias y ciudades que se animan a esta audaz herramienta. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires mantuvo una oficina de representación en San Pablo, entre el 2001 y el 2004. Mendoza abrió una oficina en Brasil, 2005 y en Bruselas en el 2006.
Los Estados nacionales son generalmente reacios a generar espacios para que las unidades subnacionales se proyecten hacia la escena internacional, y de hecho no toman amablemente dichos esfuerzos. La cuestión de los gobiernos subnacionales como actores internacionales es muy sensible para los estados porque involucra otro desafío a su soberanía –bastante erosionada por cierto- y es visto en general como un escollo para la articulación de una política exterior coherente.
Uno de los rasgos distintivos de las entidades subnacionales como actores internacionales es su escasa legitimidad externa y, en la mayoría de los casos, la ausencia de una completa capacidad formal y legal de actuar más allá de las fronteras nacionales...La acción exterior de las provincias y las regiones debe, por lo tanto, insertar sus propias actividades dentro de un mundo dominado por gobiernos nacionales y organismos transnacionales, a los que pocas veces pueden desafiar, sino que deben trabajar junto con ellos. Este tipo de actividad internacional, que se desarrolla dentro de los intersticios del sistema tradicional de relaciones internacionales, es siempre de alcance parcial y mantiene diferencias de objetivos, metas y modus operandi, respecto de la diplomacia tradicional, que llevan adelante los estados nacionales.
Al margen de esta cuestión, importa, destacar que cada vez mas la doctrina contemporánea en derecho internacional hace la distinción entre soberanía y personalidad jurídica internacional, un concepto tan nuevo como relativo, que reconoce la posibilidad de considerar según el grado de personalidad internacional de la entidad referida, un derecho de legación y el derecho de comprometerse internacionalmente.
Definitivamente en estos casos jamás se habla de embajador sino de delegado o representante. El delegado representa a la provincia en todos aquellos sectores de la actividad que son de la competencia que le otorga la constitución Principalmente comercio, inversiones, intercambio cultural y educativo, turismo, entre otros.
Al nombrar al delegado para representar a la provincia el gobierno le confiere al mismo el mandato de representar al estado provincial en el plano institucional. Esto significa que la persona nombrada puede pronunciarse en nombre del Gobierno Provincial en una conferencia, una reunión internacional o una misión en el extranjero, de acuerdo a un mandato expreso otorgado por la autoridad competente.
Es el gobierno provincial quien delega ese mandato expreso, invariablemente a través de un decreto firmado por la más alta autoridad. Dicho decreto deberá contener invariablemente, el nombre del titular, su nominación como delegado, el o los territorios sobre el cual ejerce dicho mandato y el lugar donde se encuentra la delegación desde la cual desarrollará sus actividades.
Para concretar este tramite habrá que recurrir al Ministerio de Relaciones Exteriores, que será el organismo que debería dirigirse al Gobierno del Estado acreditante con el fin de obtener la aprobación y las facilidades necesarias para el desarrollo de la actividad de representación del estado provincial.
Las entidades subnacionales de los países centrales fueron las pioneras de este tipo de modalidad. Entre los europeos, por ejemplo, existen actualmente más de 200‘embajadas’ regionales en Bruselas que ejercen presión sobre la Comisión Europea, constituyendo redes entre sí y, en general, implicándose en las emergentes comunidades políticas europeas.
En los Estados Unidos, tan solo cuatro estados mantenían oficinas fuera del país en 1970. Hoy son al menos 42 los estados -más Puerto Rico- que operan unas 183 oficinas de comercio o inversión en el exterior (18 de ellas en Japón), en casi 30 países diferentes.
En la Argentina son pocas las provincias y ciudades que se animan a esta audaz herramienta. La Ciudad Autónoma de Buenos Aires mantuvo una oficina de representación en San Pablo, entre el 2001 y el 2004. Mendoza abrió una oficina en Brasil, 2005 y en Bruselas en el 2006.
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