Las ciudades intermedias han adquirido un papel protagónico en la nueva geografía económica. Más que el tamaño medio relativo lo importante es que se están constituyendo en nodos con creciente capacidad de articulación de procesos socioeconómicos y políticos con respecto a su región de influencia y a los principales centros de decisión, en la medida que logran vincularse activamente a las redes de ciudades.
Las ciudades intermedias derivan su importancia de la posición y de la manera como se articulan con el sistema urbano para insertarse globalmente, y del liderazgo que logren ejercer en su contexto regional y la proyección nacional e internacional. Tienen además la capacidad de generar externalidades positivas, sin llegar al congestionamiento económico, social y ecológico que caracteriza a los grandes centros urbanos. Poseen tamaños urbanos controlables, y en la medida que cuenten con administraciones eficientes pueden proveer adecuadas condiciones de vida a su población. Estas ciudades se ubican en el punto de intersección entre la modernización y la tradición, mostrando en algunos casos dificultades para atraer instituciones y empresas de escala internacional, por lo cual no figuran directamente en el contexto mundial. (sigue...)
La internacionalización de las ciudades implica que éstas adquieren un nuevo rol como centros de las relaciones económicas, culturales, sociales y financieras a nivel mundial, en un escenario hasta ahora monopolizado por los gobiernos centrales como los únicos actores públicos globales.
Dicha internacionalización exige que sus relaciones económicas y políticas no se miren solo al interior sino que además se proyecten activamente en la vida internacional. Esto implica participación en asociaciones de ciudades, vinculación a redes urbanas, desarrollo de marketing de ciudad, presencia en eventos internacionales y otras actividades que necesitan ser respaldadas por una imagen atractiva y la generación de impulsos tecnológicos, innovaciones y conocimientos propios que sean valorados internacionalmente.
Una de las condiciones para ubicarse internacionalmente en la red de ciudades y regiones es poder exhibir competencias humanas, culturales, sociales que, con base en el desarrollo de las capacidades endógenas permite el aprovechamiento de las oportunidades y la superación de las amenazas provenientes del exterior con base en las fortalezas y ventajas comparativas locales. La competitividad de las ciudades y regiones puede ser entendida como la capacidad de interactuar con otras ciudades y regiones, manteniendo un posicionamiento destacado, atrayendo inversiones y reinvirtiendo localmente.
Para que la competitividad sea sustentable es necesario que el modelo económico sea compatible con las expectativas de los ciudadanos en términos de aumento del bienestar, expresado en la generación de empleos e ingresos adecuados, la igualdad de oportunidades y la armonía con el medio ambiente. Esos factores incluyen no solo las condiciones existentes en los mercados de factores productivos sino también la adecuada provisión de bienes y servicios públicos, así como la oferta y calidad de recursos empresariales e institucionales
La estrategia de internacionalización comprende la presencia de las empresas e instituciones en los mercados globales y en las redes mundiales, proyectando igualmente impulsos globales culturales y de identidad territorial.
Las ciudades intermedias derivan su importancia de la posición y de la manera como se articulan con el sistema urbano para insertarse globalmente, y del liderazgo que logren ejercer en su contexto regional y la proyección nacional e internacional. Tienen además la capacidad de generar externalidades positivas, sin llegar al congestionamiento económico, social y ecológico que caracteriza a los grandes centros urbanos. Poseen tamaños urbanos controlables, y en la medida que cuenten con administraciones eficientes pueden proveer adecuadas condiciones de vida a su población. Estas ciudades se ubican en el punto de intersección entre la modernización y la tradición, mostrando en algunos casos dificultades para atraer instituciones y empresas de escala internacional, por lo cual no figuran directamente en el contexto mundial. (sigue...)
La internacionalización de las ciudades implica que éstas adquieren un nuevo rol como centros de las relaciones económicas, culturales, sociales y financieras a nivel mundial, en un escenario hasta ahora monopolizado por los gobiernos centrales como los únicos actores públicos globales.
Dicha internacionalización exige que sus relaciones económicas y políticas no se miren solo al interior sino que además se proyecten activamente en la vida internacional. Esto implica participación en asociaciones de ciudades, vinculación a redes urbanas, desarrollo de marketing de ciudad, presencia en eventos internacionales y otras actividades que necesitan ser respaldadas por una imagen atractiva y la generación de impulsos tecnológicos, innovaciones y conocimientos propios que sean valorados internacionalmente.
Una de las condiciones para ubicarse internacionalmente en la red de ciudades y regiones es poder exhibir competencias humanas, culturales, sociales que, con base en el desarrollo de las capacidades endógenas permite el aprovechamiento de las oportunidades y la superación de las amenazas provenientes del exterior con base en las fortalezas y ventajas comparativas locales. La competitividad de las ciudades y regiones puede ser entendida como la capacidad de interactuar con otras ciudades y regiones, manteniendo un posicionamiento destacado, atrayendo inversiones y reinvirtiendo localmente.
Para que la competitividad sea sustentable es necesario que el modelo económico sea compatible con las expectativas de los ciudadanos en términos de aumento del bienestar, expresado en la generación de empleos e ingresos adecuados, la igualdad de oportunidades y la armonía con el medio ambiente. Esos factores incluyen no solo las condiciones existentes en los mercados de factores productivos sino también la adecuada provisión de bienes y servicios públicos, así como la oferta y calidad de recursos empresariales e institucionales
La estrategia de internacionalización comprende la presencia de las empresas e instituciones en los mercados globales y en las redes mundiales, proyectando igualmente impulsos globales culturales y de identidad territorial.
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