Estos objetivos son compartidos por otras organizaciones que poseen similar proyección y una lógica distinta a la nacional. Por todo esto deben generarse espacios de intercambio conjunto, acciones y declaraciones en común, con el objetivo de coordinar y cooperar, para así lograr efectivizar, en los órganos que hoy tienen mayor incidencia en el MERCOSUR, el reclamo de mayor transparencia y en la incorporación de una agenda regional que cada día construya más integración superando los conflictos nacionales.(...)
1.- La complementación productiva
Uno de los nuevos objetivos que se encuentran en los programas de gobierno de todos los gobiernos locales está ligado a la inclusión social de su gente mediante la generación de empleo. Esta política local, en algunos casos con el apoyo del gobierno central, rara vez tiene la perspectiva de la distribución regional del empleo, ni una política de promoción regional que apueste a incluir los emprendimientos locales a las corrientes comerciales de la región ni a sus requisitos.
Difícilmente puede observarse la densidad de los flujos comerciales y sus direcciones, ni las posibilidades de complementación productiva solamente desde lo local o sólo desde la centralidad de lo estatal.
Necesariamente es una tarea que debe coordinarse con múltiples actores, escuchar sus opiniones y experiencias, y compartir las tareas de diseño e implementación de las políticas productiva. Es necesario incluir a los gobiernos locales en la temática de complementación productiva y trabajar en el sentido de generar nexos entre las empresas, entre los sindicatos y con los diferentes organismos del Estado para mejorar los intercambios con base en la cooperación y no en la competencia en el mercado regional.
Debe considerarse el trabajo y el relevamiento de dificultades por regiones y no por países. Hasta el momento la lógica de las agendas nacionales sigue sin construir integración en esta materia. Debe buscarse la elaboración de políticas adecuadas a las diferentes realidades productivas que están presentando las regiones y hasta los países considerando preferencias para aquellas formas de producción que generan más empleo y mejor distribución, favoreciendo así su desarrollo.
2.- La integración fronteriza
Para profundizar el proceso de integración es necesario incorporar la noción del territorio de forma más abarcativa y descentralizar la incidencia que hoy tiene. El MERCOSUR posee una gran incidencia política y económica en las ciudades, pero esto se materializa fundamentalmente en las capitales de nuestros países y no en el resto del territorio.
Esto refuerza el rol que, en el mismo, poseen los gobiernos centrales y la escasa presencia que tiene fuera de un micro mundo ligado a las reuniones del MERCOSUR. La integración no es parte de la cotidianeidad de los ciudadanos salvo por las noticias -que rara vez la favorecen-.
Asimismo, esta problemática adquiere aspectos particularmente relevantes en aquellas zonas donde se materializan las dificultades que hoy continúa presentando el proceso de integración: las fronteras. Es necesario trabajar de forma integrada el territorio de frontera junto con los actores sociales y locales, a pesar de las dificultades de coordinación que puedan existir entre países, fundamentalmente en la aplicación y visibilidad de los Fondos de Convergencia Estructural.
Las fronteras son los territorios que presentan entramados de redes de una densidad mayor al resto y en los cuales las acciones deben ser coordinadas no solo por los múltiples actores que participan sino también por la gran cantidad de temáticas que involucra. Es necesario pensar en nuevas formas de cooperación, integrales, que involucren a las poblaciones afectadas y que permitan una mayor flexibilidad frente a las dificultades, que aunque absurdas a veces, se convierten en obstáculos insuperables. No solo deben considerarse los obstáculos comerciales, sino que debemos enfocarnos en aquellos obstáculos que interrumpen los vínculos naturales en una sociedad como los que producen relaciones sociales comunes: estudio, trabajo, ocio, entre otros.
La política de frontera debe ser integral y no puede estar tan dividida, ni ser diseñada desde las capitales.
La frontera es un territorio integral que debe tratarse como una oportunidad y no como un problema.
Para esto debe favorecerse la generación de capacidades en la sociedad civil y en los municipios involucrados y alentar a los mismos a la concreción de proyectos que integren y construyan una identidad regional, con los objetivos de compensar las dificultades ocasionadas por la implementación de las políticas comunes.
3.- La construcción de ciudadanía
La importancia de la identidad local es muy fuerte para quedar subsumida en la regional, pero esto no significa que ambas no puedan construirse conjuntamente sin superponerse. Las manifestaciones culturales para esto son sumamente relevantes y el intercambio en este sentido nos permite construir integración. Sin dudas existen formas de rescatar una identidad común hoy con valores por todos compartidos y a los cuales debemos visualizar desde la óptica de cada actor y con sus experiencias, así como las raíces históricas comunes, que nos permiten encontrar las similitudes y diferencias de cada región con el transcurrir del tiempo.
En este campo resulta por ende relevante el poder propiciar fuertemente las instancias y espacios de intercambio cultural y social entre las ciudades del MERCOSUR y por sobretodo la capacidad y potencialidad que debemos presentar para publicitarlas. Todas las manifestaciones artísticas en cualquiera de sus formas contribuyen a ese doble reconocimiento de identidades. Existe al respecto un gran desconocimiento de la cultura del otro y por ende grandes ausencias en la construcción de una identidad común.
La región no ha podido construir símbolos que la identifiquen de forma duradera y esto conspira también contra la identidad regional.
Es necesario incentivar en nuestros territorios el compartir aquellos principios que se consideren necesarios para el desarrollo integral de nuestras sociedades como el respeto, la solidaridad, la tolerancia en toda su amplitud –cultural, étnica, racial, entre otras- y valores democráticos, que permitan un dialogo racional y solidario entre nuestros pueblos. Debería edificarse una integración que construya vías de acercamiento entre nuestros pueblos para la conformación de una ciudadanía regional con la más amplia garantía de sus derechos.
Extraído del documento "Las ciudades y la integracion". Daiana Ferraro y Jorge Rodríguez
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